Arábica y Robusta: El café que producen y toman los mexicanos.
El café mexicano goza de gran popularidad y reconocimiento internacional, gracias a su alta calidad y sabor característico, lo que ha impulsado que buena parte de su producción se destine a la exportación hacia Estados Unidos y países de la Unión Europea.
A nivel mundial, México se coloca como el 11° productor; aquí, la caficultura es una actividad predominante debido a los volúmenes de producción logrados por sus condiciones geográficas y climáticas, ideales para el cultivo de las variedades Arábica y Robusta. De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, cerca del 35% de la producción nacional es café de gran altura de alta calidad.
En la mayoría de las tazas que se consumen en el país puede llegar a predominar una de ambas variedades, aunque también existen cafés preparados con la mezcla de ambos conocidos como blends, que son más exóticos. La variedad Arábica es originaria de Etiopía, se dice que formó parte del primer cultivo de café de la humanidad; se caracteriza por tener un sabor más suave, dulce, con notas afrutadas. Por su parte, el Robusta es ideal para quienes buscan más energía en su café, pues es más fuerte, tiene un sabor ligeramente amargo, con notas amaderadas y de caucho; contiene más cafeína y antioxidantes así como una textura más cremosa.
En términos de producción, cifras oficiales estiman que existen alrededor de 500,000 productores y 3 millones de mexicanos dependen del café para su sustento, con más del 92% del suministro de café viniendo de pequeños productores. Además, hay una superficie de 680 mil hectáreas de café sembradas, de las cuales el 18% corresponde a Robusta y el resto a Arábica, que se cultiva en todo el territorio mexicano; mientras que los estados de Chiapas, Veracruz, Oaxaca y Puebla sobresalen por su producción de Robusta.
De acuerdo con el Sistema de Información Agropecuario del Gobierno de México, en nuestro país resalta el gusto por el café Arábica y se calcula que es consumido por un 65% de la población; mientras que el Robusta es el preferido del 35% de los amantes del café.
Arábica y Robusta: El café que producen y toman los mexicanos
El café mexicano ha sido origen y vida de NESCAFÉ® desde hace más de 75 años, a partir de una mezcla de granos de ambas variedades, que son producidos mediante prácticas agrícolas responsables y que le han permitido desarrollar un amplio portafolio de productos para todos los gustos y cada ocasión.
Para fortalecer la caficultura mexicana, desde 2010 la marca líder mundial en café implementó Plan NESCAFÉ® en las zonas productoras más importantes del país, una iniciativa de abastecimiento sustentable de café verde mediante financiamiento, distribución de plantas de café mejoradas para renovación de parcelas, capacitación en buenas prácticas de producción sustentable y asistencia técnica.
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Gracias a la fortaleza del Plan, en México se ha logrado entregar cerca de 48 millones de plantas de café mejoradas de las variedades Arábica y Robusta, que pueden llegar a ser hasta tres veces más productivas. El equipo de Investigación y Desarrollo de la compañía trabaja constantemente en desarrollar, seleccionar y probar variedades de plantas más resistentes y que puedan hacer frente a las amenazas del cambio climático, para que, a su vez, los caficultores puedan producir más y con mejor calidad, obteniendo mejores ingresos. La decisión de cultivo de una u otra variedad depende exclusivamente de los productores y obedece a las condiciones agroecológicas de sus parcelas.
La cadena de suministro de NESCAFÉ® está integrada por más de 80,000 caficultores, a quienes compra tanto café Robusta como Arábica para sus procesos de producción, siempre buscando mantener un equilibrio entre ambas variedades, pues cada una de ellas aporta un perfil sensorial único que permite crear experiencias de sabor inigualables como resultado de mezclarlas de manera adecuada por manos expertas.
NESCAFÉ® es un café cultivado y producido con respeto para que los consumidores puedan disfrutar de la taza perfecta. Cada saco que adquiere la marca pasa por un riguroso proceso con altos estándares de calidad para poder ofrecer un café 100% puro, que cuenta con certificaciones nacionales e internacionales que respaldan su pureza.