En Coatzacoalcos hay una cacería de taxistas sin precedentes desde hace una década, los crímenes contra los trabajadores del volante implican balas, golpes y levantones por grupos delincuenciales.
Pero los hechos que más conmocionaron a la ciudad fueron los del 2020, la persecución de dos líderes del puerto que sostenían una amistad y compañerismo por el gremio ruletero.
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Se trata de Moisés Carrillo de la Cruz, líder de la Coalición de Organizaciones Taxistas de Coatzacoalcos y Luis Enrique Cano, representante de los Auténticos Taxistas de Coatzacoalcos, ambos previamente adheridos a la Confederación Trabajadores de México (CTM) y posteriormente con la Confederación Autentica de Trabajadores y Empleados de México (CATEM).
Las ejecuciones las separan nueve meses pero tienen un común denominador, los mataron a balazos y sus crímenes siguen impunes.
Durante la tarde del 10 de marzo del 2020, Moisés Carrillo llegó a su oficina ampliamente conocida en la colonia Playa Sol. “Moi”, como era conocido, despachaba desde hace años ahí, daba entrevistas a medios de comunicación y realizaba gestorías. En esa ocasión no pudo llegar a abrir la puerta, recibió varios impactos de bala, uno directo al cráneo y su cuerpo quedó inerte en el piso.
A partir de ese momento Luis Enrique Cano desapareció, huyó de la ciudad y reapareció hasta septiembre, pero dejó de dar entrevistas y no denunciaba robos de unidades o asaltos de taxistas, como anteriormente lo hacía.
Fue hasta el 30 de noviembre que acompañó a un compañero a denunciar frente a la prensa el robo de un taxi, los responsables fueron identificados como integrantes del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El 16 de diciembre del 2020 se convocó a una manifestación de taxistas en la plaza de la bandera del malecón, la encabezaba Luis Enrique Cano, exigía que no entrara Uber e InDriver a la ciudad. Por la noche alguien llamó a su casa en la colonia Puerto México, Luis salió a recibirlos eran sus asesinos que dispararon a quemarropa. Tres horas antes otro taxista murió a puñaladas en Lomas de Barrillas, presuntamente al resistirse a un asalto.
De Moisés Carrillo de la Cruz hubo un velorio y entierro que fue cubierto por los medios locales, a ambos eventos no asistió Luis Enrique Cano quien ya temía por su vida desde entonces. De Cano no se supo dónde fue sepultado o si fue velado, la amenaza era directa, vuelves a denunciar algo y te mueres.
Y es que Moi y Cano junto a otros líderes cuyos nombres serán omitidos por seguridad, acudían de forma regular a palacio municipal de Coatzacoalcos, exigían reuniones periódicas de seguridad pues los taxis eran robados para cometer secuestros y asaltos en el puerto.
Sus crímenes siguen sin ser resueltos
El Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, afirmó tres días después en Coatzacoalcos que había dos líneas de investigación, pero no abundó sobre el tema.
“Fue uno de los temas que hoy tratamos con Fiscalía con las fuerzas coordinadas para saber cómo cerrar la pinza tras los responsables”, dijo al terminar su reunión de seguridad en palacio municipal.
Por su parte, el alcalde Víctor Carranza Rosaldo reiteró que los taxistas deben de denunciar las amenazas y se deslindó, pues dijo que el tema lo tenía que resolver la Fiscalía General del Estado (FGE).
“Tenemos que seguir trabajando con transporte público, igualmente estamos buscando que la tecnología sirva para que veamos por dónde andan, este gremio anda igualmente ocupado en eso”, indicó el funcionario.
Silencio de taxistas
Lo que más impactó tras la muerte de ambos líderes fue el silencio lúgubre de quienes fueran sus compañeros, incluso la falta de empatía de otros representantes de organizaciones de taxi.
Este reportero buscó una declaración al respecto de la muerte de Moisés Carrillo de la Cruz y de Luis Enrique Cano, todos se negaron a emitir un comentario al respecto.
“Con todo respeto, te agradezco la confianza, pero de ese tema no voy a hablar y si quieres tocarlo tú, adelante, pero no voy a hablar”, comentó uno de estos presidentes de organización.
Este 14 de octubre robaron un taxi y golpearon al conductor en la colonia Benito Juárez Norte. Un día antes intentaron asesinar a un taxista en la Luis Echeverria, la unidad quedó estacionada a 300 metros de la base de la policía municipal de Coatzacoalcos, el parabrisas del auto quedó destrozado.
En septiembre mataron a un taxista y su pasajera en el malecón antiguo de Coatzacoalcos, la usuaria era custodia del Cereso Duport Ostión.
Los robos y levantones se incrementaron considerablemente en junio, cuando en solo un fin de semana se robaron cuatro taxis, todos reportados en redes sociales.
Ese mes fueron detenidos los presuntos responsables de la muerte de un taxista en mayo de este año, el ruletero fue asesinado en su domicilio de Ciudad Olmeca.
Sobre la avenida Universidad fue encontrado un taxi que previamente había sido robado en el Fraccionamiento Paraíso las Dunas de Coatzacoalcos.
Así han ido transcurriendo los años y los taxistas siguen siendo asesinados en la ciudad en medio de señalamientos de malos tratos de los usuarios, incluso del contubernio de los ruleteros con el crimen organizado.