La azotea del edificio adyacente al Hospital Regional Valentín Gómez Farías de Coatzacoalcos fue convertido en un basurero Covid.
En el techo han sido depositadas batas y ropa utilizada por pacientes que padecieron coronavirus en bolsas de plástico.
El hecho fue denunciado de forma anónima y alertó sobre los 200 kilos de bolsas con batas, sábanas de quirófano y ropa del personal médico que atendió casos de covid-19.
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Los residuos del hospital están justo encima del Centro de Atención Primaria de Adicciones (Uneme –Capa), conectada con el área de oncología pediátrica del hospital.
Convierten techo del comunitario en basurero Covid
“Es una situación que nosotros le hemos recalcado en la comisión mixta de higiene del Hospital Regional, hay ropa hospitalaria, ropa de paciente y que quedó sucia, regada en la azotea, y por esos cambios de empresas que daban el servicio y llegaba otra nueva, entre ese inter hay ropa nueva, entre ese inter, hay ropa que se quedó que era aparentemente de una empresa y dijo que esto no es mío, al final quedó la ropa ahí, vamos a esperar hablar con el director del Hospital, y con la comisión para darle un destino final porque está en la azotea, al sol y al agua y está muy cerca del paciente de oncopediatria”, precisó Juan Pablo Sosa González, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores del Hospital Regional de Coatzacoalcos.
En agosto del año pasado se presentó una situación similar que también alertó a trabajadores, pacientes y población en general, pues también se denunció que había toneladas de basura de Residuos Peligrosos rebosaban el patio trasero del hospital, incluso llegó la Procuraduría del Medio Ambiente (PMA) a realizar una inspección.
El destino final de los residuos no ha sido aplicado por la empresa encargada de la limpieza actual del inmueble y de cada una de sus áreas.
“Es ropa clínica, de campos quirúrgicos, de la que son utilizadas con los pacientes, de quirófano es ropa completamente de uso hospitalario sucia que en su momento la empresa anterior al salir ya no se la llevo, se quedó ahí y se convirtió en un foco de infección nadie se la quiere llevar y tampoco puede ser desechada por la basura, se tiene que dar un destino final”, indicó.
“Siempre ha permanecido en la azotea porque desde ahí es donde se hace el procedimiento para bajarla y que se la lleve la empresa que es la que da el servicio de lavado en el hospital pero este año ya nadie se la llevó”, precisó.