Crece el robo de tapas rejillas de drenaje en Coatzacoalcos, esto a pesar del exhorto que hizo el municipio para que chatarreras desistan de comprar este material metálico.
Y es que cada vez más conductores han decidido colocar singulares señalamientos ante los huecos que dejan en el pavimento la banda que roba el alcantarillado de Coatza.
Chatarreras siguen comprando tapas de alcantarilla
Banda desmantela alcantarillas del malecón
Previamente en la colonia Santa Isabel colocaron ramas, llantas y hasta sillones para que los conductores tuvieron cuidado al momento de circular por una de sus avenidas principales.
También en Rancho Alegre II sobre la calle Palmas decidieron colocar en diferentes puntos estos señalamientos.
En Santa Martha el acceso principal le falta casi una decena de tapas de drenaje que simplemente han levantado y se las han llevado, los que regularmente conducen por ahí ya saben dónde están los huecos, pero los primerizos tienen graves problemas.
En la calle José Lemarroy de Puerto Esmeralda el municipio colocó un par de tapas donde hacían falta, nuevamente los amantes de lo ajeno se las llevaron, incluso movieron una del material de PVC reforzado, pero al notar que no era metal la abandonaron. Lo mismo ocurre en el malecón costero en la última etapa.
En Rancho Alegre I el deterioro provocó que prácticamente se llevaran parte del alcantarillado de rejillas que se ubica justo frente al edificio inteligente de Petróleos Mexicanos (Pemex), ahí vecinos pusieron ramas muy altas para que todos los automovilistas puedan verlas.
A inicios del mes de septiembre, el Secretario de Gobernación, Enrique Villegas García, confirmó el aumento en el robo de tapas metálicas, tanto de la CFE, así como de CMAS y del ayuntamiento.
En ese momento, informó que se había triplicado el robo de tapas y ante esta situación se buscaría plantear ante el cabildo sancionar administrativamente a las chatarreras, pues es ahí donde se comercializan las tapas.
La sanción incluiría una suspensión de tres meses del negocio, pero no clausurarlos.
Enrique Burgos/Cocktelera